Columna de Opinión
21 de julio de 2025 | 09:58Viñas y praderas: en un campo donde pasta el ganado también crecen las parras
En esta columna la doctora en Recursos Naturales y Economista Agraria, Sandra Ríos Núñez, habló sobre la historia y tradición del vino en el territorio y cómo productores ganaderos se han aventurado en este nuevo espacio.
Antes de que llegaran las cepas francesas a fines del siglo XX a estas tierras ganaderas, ya había parras en el sur. No eran viñedos, sino uvas de mesa que trepaban sobre pérgolas en patios de agricultores, dando sombra y dulzura a las casas del territorio de las regiones de Los Ríos y Los Lagos.
Aquellas parras, parte de la vida doméstica, han sido las semillas emocionales del vino austral.
Fue en Trumao, Valle de Osorno, donde las vides encontraron suelo y nostalgia. En 1998, los hermanos franceses Patrick y Olivier Porte plantaron las primeras parras, recordando su Borgoña natal.
El experimento dio frutos: nació Coteaux de Trumao y el vino Cruchón, con notas de cereza y tierra mojada. La ganadería, entonces dominante, se sorprendió al convivir con este visitante delicado.
Luis Momberg, ganadero local, siguió de cerca el proyecto y en 2005 presentó uno de los primeros Pinot Noir del sur chileno. Los trabajadores pasaron de rodear al ganado a despuntar brotes. Las vacas aprendieron a rumiar frente a las espalderas sin protesta. Las vides no desplazaron al ganado; aprendieron a compartir con él.
Desde entonces, el eco viñatero se multiplicó. Nacieron Viñas como Ribera Pellín, Trapi del Bueno, Turner, Riñihue o Rebellín en Los Ríos, Viña Lechagua y Clos des Guêpes en Chiloé, Región de Los Lagos, que demostraron que el sur profundo podía generar vinos con identidad propia, con prácticas sostenibles, manejo respetuoso y expresión de terroir. Algunas nacieron de familias ganaderas que diversificaron; otras, de emprendedores neorurales que buscaron otro vínculo con la tierra.
El centro del país también posó la mirada en este nuevo sur ganadero vitivinícola. Casa Silva en Lago Ranco, Viñaseñor Wines en el Lago Tagua Tagua, Maturana Wines en Llanada Grande, Viña Montes en Quemchi, Carmen en Punta Chilén y Santa Rita en Purranque en alianza con la Universidad de Chile, son parte de esta silenciosa revolución del vino austral, donde el Pinot Noir y Chardonnay han sido el estandarte.
También la generosidad y colaboración sureña se refleja en el vino, en 2024 nace la Asociación de Productores Vitivinícolas de la Región de Los Lagos.
Agricultores y emprendedores innovadores unieron fuerzas para validar variedades, intercambiar aprendizajes y cultivar vinos con identidad. Bajo un admirable proceso de innovación abierta, comparten saberes científicos y locales, apostando por realizar la primera marca colectiva de vino del sur de Chile.
Aquí, el vino no reemplaza: convive. El sur enseña que en un campo donde pasta el ganado y crecen las parras, puede nacer una historia nueva sin borrar la anterior. Cada copa de “vino ganadero” guardará ese eco de convivencia. El viaje, apenas comienza.


