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Por Redacción , 25 de junio de 2020

Últimas precipitaciones dan un respiro a la zona centro

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Pese al sombrío pronóstico de precipitaciones para la zona central, impidiendo la recuperación de la sequía estructural por la que atraviesa el país, en los últimos días ha habido un respiro en materia hídrica.

De acuerdo a su boletín de agua caída de la Dirección Meteorológica de Chile hasta este miércoles a las 10 de la mañana, en Santiago (en la estación Quinta Normal) se habían acumulado 76,5 mm en lo que va del año, donde un 92% precipitó en este mes, convirtiéndose en el junio más lluvioso desde hace tres años.

Aunque la capital no ha salido de la zona de déficit hídrico -con una merma de 48%-, se ha ganado terreno, dado que a inicios del mes estaba en 94% el déficit.

La mayoría de las estaciones de monitoreo de precipitaciones de Meteorología en el país siguen en terreno negativo (ver infografía). Por ejemplo, La Serena han visto caer 23 mm, mientras que el año tuvo en total 12,2 mm. Sin embargo, lo normal sería 31,4 mm.

En el Maule van 192 mm, mientras en el ejercicio anterior fueron 85,6, y en el Biobío suman 395,6 mm versus 290,8 mm del ejercicio anterior. De todos modos, ambos no han salido del déficit.

Si bien estos resultados ya están mostrando efectos positivos, dado que a la fecha se está llegando a la misma cantidad de todo lo precipitado en el año pasado, los expertos señalan que no hay que cantar victoria aún. 'Podríamos hablar de un invierno normal, pero esto no significa que la megasequía terminó y que el cambio climático finalizó', dice el meteorólogo Gianfranco Marconi.

Además, Meteorología informó este lunes que 'los próximos tres meses serán vitales para saber si terminaremos en un nuevo año seco o en algo cercano a lo normal, puesto que se acumula, a nivel climatológico, entre el 40% y 70% del total anual'.

La situación tiene esperanzado al sector agrícola, el más afectado por la falta de agua, especialmente en algunas regiones del país.

Embalses y nieve

Las mayores lluvias que se han visto en las últimas semanas, están trasladándose a los niveles de los embalses, aunque todavía no han salido del déficit hídrico.

Pese a que en el último reporte de la Dirección General de Aguas, con fecha 22 de junio, no se consideran las precipitaciones de agua y nieve de los últimos días -situación que podría conocerse este jueves- en promedio los embalses de riego, agua potable y generación eléctrica estaban a un cuarto de su capacidad total, aunque a poco menos de la mitad de su promedio histórico.

El embalse Puclaro en Coquimbo, por ejemplo, tenía 136 millones de m3, cuando en junio del ejercicio anterior cerró en 180 millones de m3. La Paloma, en la misma región, estaba en niveles de 306 millones de m3 de un total de 750 millones de m3 de capacidad, pero ya cercano a los 388 millones de m3 de promedio mensual histórico.

El Yeso en la Región Metropolitana está a un 62% de su promedio histórico, pero a prácticamente la mitad de su capacidad total, aunque la situación mejorará cuando se actualicen los reportes con las últimas precipitaciones.

Convento Viejo en O’Higgins, que se destina para riego, estaba a 39% de su promedio histórico; mientras Colbún y Maule están a 31% y 24%. En el Biobío, Laja estaba a 25% con la información publicada el lunes, Ralco a 82% y Pangue a 99%.

En materia de acumulación de nieve, también la información al 22 de junio confirmó que se mantenía el déficit, pero con una importante mejoría respecto del año pasado.

Según el reporte disponible en la DGA, para la cuenca de Petorca -una de las más afectadas por la sequíahabían caído el equivalente en agua a 61 mm de nieve, cuando el año pasado fueron 26 mm. En el Aconcagua eran 124 mm, lo que se compara con los 65 mm del 2019.

Mientras, en la cuenca que abastece a Rapel eran 278 mm, lo que se compara con los 95 mm del año pasado.

Sector agrícola está optimista: “Estamos contentos”

Estamos muy optimistas, ya que todas las regiones desde el norte al sur del país se están poniendo al día en cuanto a precipitaciones, tratando de llegar a las condiciones normales al mes de junio', señaló el vicepresidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Cristián Allendes, consultado sobre la situación.

Esto, salvo la Región Metropolitana, donde el dirigente gremial prevé que se logre un superávit para el mes en el caso que los pronósticos de lluvia para lunes y martes se cumplan.

El ministro de Agricultura, Antonio Walker manifestó que 'estamos realmente contentos porque hemos roto este ciclo de sequía que ya teníamos en los últimos 10 a 15 años'.

Para la SNA, si bien la escasez de agua se mantiene, de persistir las nevadas, ya se puede asumir que habrá mayor disponibilidad del recurso hídrico por lo que el escenario para la temporada agrícola se torna auspicioso, tanto para la producción de alimentos como para la generación de empleos en las comunas rurales.

MOP entregará actualización de su balance hídrico

Las intensas lluvias registradas estos días, y que para muchos podría significar una señal positiva en el contexto de megasequía que azota al país, no sería suficiente para que las autoridades relajen su visión respecto a la crisis hídrica. Fuentes conocedoras señalan que, si bien las precipitaciones registradas hasta este martes en Santiago equivalen a cerca de un 90% de las lluvias de todo 2019, estas seguirían teniendo un impacto marginal en el déficit hídrico.

Además, otro factor a tener en cuenta son las temperaturas que se registren en los próximos meses, toda vez que inciden directamente en la cantidad de agua que puede guardarse para la temporada de verano. Por ejemplo, si bien el año pasado cayó una importante cantidad de nieve, debido a las altas temperaturas el proceso de deshielo se adelantó e impactó directamente en las reservas de agua.

Y precisamente esa sería la tónica del reporte que dará a conocer hoy el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, que convocó a las 13 horas a los medios para entregar el balance de la situación hídrica en las cuencas y embalses del país.

Plan de movilidad a 2050

El ministro Moreno expuso ayer ante la comisión de Obras Públicas del Senado un conjunto de detalles acerca del plan de infraestructura para la movilidad 2050. Actualmente, este programa se encuentra en una etapa de socialización con diferentes actores, por lo cual está abierta a recomendaciones e incorporación de cambios. De momento, la inversión requerida para alcanzar la meta de duplicar el PIB en 30 años más bordea los US$ 50 mil millones.

El secretario de Estado explicó que la cartera de obras, que incluye proyectos de autopistas, aeropuertos, ferrocarriles y puertos, fueron pensados bajo dos conceptos: equidad territorial y bajo impacto ambiental.

Dado que la población se concentra en la macrozona central, dijo que las inversiones se han enfocado en este sector del país, pero la idea es que también las regiones extremas puedan verse beneficiadas con obras de infraestructura. De acuerdo a la presentación, un 45% de la inversión del plan se concentrará en los próximos diez años.

 

Opinión: Creación de un Ministerio del Agua

Uno de los fundamentos de la cámara de diputados para la creación de un Ministerio del Agua, con todo lo que eso significa: gabinete, subsecretaría, gabinete de la subsecretaría, entre otros aspectos, es que con la sequía han quedado al descubierto los problemas de nuestra institucionalidad hídrica.

Ello es correcto; pero en parte. Una de las lecciones más evidentes de la sequía, y que no ha sido debidamente explicitada, es que los problemas que aquejan a una cuenca, que de por sí ya es un 'microcosmos', pueden ser diametralmente opuestos a los que complican a otras. A ello se suma que hemos caído en el error de hablar siempre en términos agregados, como si Chile fuera una sola cuenca.

Por ejemplo, repetimos una y otra vez que el consumo de agua potable representa el 5% de la demanda, y, en base a ello, tratamos de llegar a soluciones; en circunstancias de que ese mantra induce a equivocaciones.

En cuencas altamente pobladas como lo son las del Aconcagua y Maipo, el consumo de agua potable supera por mucho el 5%, llegando incluso hasta el 80% del río. No obstante, como nos hemos repetido hasta el cansancio el mito del 5%, es sumamente difícil hacer comprender a la ciudadanía que su consumo no da lo mismo. Un ahorro de los sectores urbanos es determinante para el resto del sistema.

Como caso opuesto, tenemos otras cuencas en que no hay gobernanza de ningún tipo – no existen organizaciones de usuarios que controlen las extracciones– y como la mayor parte del territorio es rural, el agua potable de los habitantes no se encuentra amparada en una concesión sanitaria. Eso se traduce en el peor de los mundos: no hay fiscalización de ningún tipo y no existe un ente fuerte como la Superintendencia de Servicios Sanitarios que se preocupe – con toda la fuerza legal de esa institución – de hacer cumplir efectivamente el derecho humano al agua.

Este ejemplo de cuencas con problemas opuestos, lleva a pensar que antes de crear soluciones institucionales 'de arriba hacia abajo', de carácter más bien centralista, quizás sería más razonable lograr desagregar la realidad de cada cuenca y, en base a ello, construir – de abajo hacia arriba- gobernanzas locales que respeten las particularidades de cada hoya hidrográfica. Ello sin perjuicio de que pueda existir un organismo estatal altamente calificado, e independiente de los ciclos políticos, que produzca información de forma sistemática y confiable para ser puesta a disposición de los usuarios, con el fin de que éstos adopten las mejores decisiones.

Esta misma autoridad podría también hacerse cargo de velar por el cumplimiento efectivo del derecho humano al agua, ya sea en un territorio urbano o rural. Hoy, en los hechos, esa función sólo la está cumpliendo la Superintendencia de Servicios Sanitarios en territorios urbanos cubiertos por una concesión sanitaria. También sería un gran avance que la nueva institucionalidad aborde la resolución de conflictos con un órgano jurisdiccional también calificado, que comprenda la realidad hídrica y que dé garantías de que sus resoluciones tendrán lugar en un marco de reglas jurídicas y técnicas claras.

Natalia Dasencich, encargada de asuntos legales de la junta de vigilancia del río Maipo.

Fuente: Diario Financiero.  
 

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