Columna de Opinión
Por Redacción , 27 de julio de 2020

Lácteos chilenos con sello carbono neutral al 2035

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En la Universidad de Los Lagos estamos convencidos que la agricultura de nuestra región y en especial el sector de producción primaria y la industria lechera pueden alcanzar esta meta 15 años antes del compromiso formal de Chile.

A mediados de junio me correspondió participar en el Seminario Digital Conectagro Los Lagos, organizado por la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (SAGO) y la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), con el apoyo de CORFO y la Universidad de Los Lagos.

En esta actividad dicté la charla: Perspectivas Regionales Agritech, en la que destaqué el enorme potencial de la Región de Los Lagos para producir leche de calidad diferenciada en base a praderas y también di a conocer la importancia de avanzar rápido en el tema de carbono neutralidad.  

Actualmente, hay un proyecto de ley en el Parlamento para hacer de Chile un país carbono neutral al 2050, el que debería estar aprobado a más tardar el próximo año.  En palabras simples, ser carbono neutral significa que las emisiones de carbono a la atmósfera por la actividad humana deberán ser iguales a las capturas de carbono. Sin duda, un tema que cobra cada vez más relevancia e interés. Pero ¿por qué hemos llegado a este punto de tener que ser carbono neutrales y qué tiene que ver el carbono en todo esto?

El Dióxido de Carbono (CO2) (llamado también genéricamente carbono), el Metano (CH4) y el Óxido Nitroso (NO2) y otros gases de menor importancia, son los llamados gases de efecto invernadero (GEI). Estos gases son los grandes responsables del cambio climático.  A continuación, explicaré brevemente el porqué.

El CO2 y los otros GEI se acumulan en la atmósfera formando una capa de cierta densidad, la que en cantidades normales, funciona como un invernadero, reteniendo parte de la energía de la luz del sol que se devuelve a la atmósfera después de llegar a la superficie de la tierra y a los océanos.  De esta manera, se mantiene estable la temperatura (T°) media de la Tierra en alrededor de 14,5°C. Si estos GEI no estuvieran presentes en la atmósfera formando esa capa tipo invernadero, la temperatura de la Tierra se enfriaría hasta -18°C, haciendo que la vida que hoy conocemos no fuera posible.  Por lo tanto, la acumulación de CO2 y de los demás gases es fundamental para la existencia humana. 

Si a ello agregamos que el CO2 es un elemento primordial para la fotosíntesis y que el carbono forma parte de la estructura del material genético y de todas las proteínas y demás elementos de las células, comprenderemos de mejor manera su vital importancia para la mantención de la vida humana, vegetal y animal en el planeta.  

El problema que tenemos hoy es que la concentración del CO2, considerada ‘normal’ en la atmósfera es de unos 280 partes por millón (ppm) (que es la cantidad de CO2 que había en la atmósfera al inicio de la era industrial en 1750), pero en los últimos 30 años, su acumulación se empezó a incrementar aceleradamente y a junio 2020, el CO2 en la atmósfera se había disparado a 417 ppm, cifra que seguirá subiendo de no mediar acciones para evitarlo.  

Este aumento de CO2 en la atmósfera hace que la capa de GEI se haga más densa, reteniendo más calor del necesario (como si al invernadero se le hubiera puesto vidrios termopanel), generándose un aumento en la T° de la Tierra, el que en la actualidad ha llegado a 1°C de aumento. 

Este fenómeno se conoce como calentamiento global de la Tierra y es el gran responsable del cambio climático, el que está impactando fuertemente en todo el mundo. De ahí que se estén haciendo esfuerzos mundiales por disminuir radicalmente las emisiones de carbono, para así evitar una debacle climática mayor.  

Entre muchas medidas que se están tomando a nivel de cada país, una de las más importantes hasta ahora es la decisión de 121 países, incluido Chile, de ser carbono neutral al 2050, esperando que prontamente se sume el resto de países a esta cruzada mundial.  Esto implicará que todas las actividades productivas de cada país, entre ellas la agricultura, deberán tomar medidas drásticas para rebajar sus emisiones de carbono y en nuestro caso también podemos incrementar su captura.

Por eso, en la Universidad de Los Lagos estamos convencidos que la agricultura de nuestra región puede ser carbono neutral al 2035, esto es 15 años antes del compromiso formal de Chile. 

A nuestro juicio, el sector lechero -que concentra su producción en las regiones del sur- debe sumarse rápidamente y conseguir ser carbono neutral o mejor aún carbono positivo, esto es capturar más carbono que el que emite. De esta manera nuestra región y este rubro en particular llevarían la delantera en la lucha contra el cambio climático y al mismo tiempo aprovecharían de buena manera las oportunidades que ello podría significar. 

Junto a los importantes beneficios ambientales, esta determinación también tendría impactos positivos en el ámbito social y económico para la región, porque nos permitiría acceder a nuevos mercados que favorezcan el consumo de estos productos. 

En las próximas columnas analizaremos cómo podemos llegar a ser carbono neutral o carbono positivo en la producción regional de leche.

Autor: Julio Kalazich Barassi, Ingeniero Agrónomo Ph. D., Académico de la Carrera de Agronomía, Departamento de Acuicultura y Recursos Agroalimentarios, Universidad de Los Lagos. 

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