Columna de Opinión
Por Redacción , 7 de septiembre de 2020

Las emisiones de carbono de la agricultura nacional y regional y su importancia para el sector lechero

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En un futuro no muy lejano, el mercado mundial premiará a los productos provenientes de predios y regiones productoras que sean certificadas como carbono neutrales y castigará a quienes no lo sean, de ahí la importancia de poner atención a este tema en el sector lechero.

En la columna anterior, expliqué sucintamente cómo la actividad económica del ser humano ha venido generando desde la revolución industrial a mediados del 1700, crecientes cantidades de dióxido de carbono, más conocido como CO2, como producto de esa actividad y liberándolo a la atmósfera, junto al metano y el óxido nitroso, entre otros gases, conocidos como gases de efecto invernadero (GEI), que son responsables del calentamiento global, lo que conduce al llamado cambio climático, el que se ha venido acelerando en las últimas décadas. Cada agricultor y en particular los productores lecheros, lo pueden notar en sus campos año a año, como los veranos son más cálidos y secos, lo que ha venido impactando negativamente en la productividad de las praderas y muchos ya han recurrido al riego para mitigar este efecto.

El cambio climático está impactando el mundo entero, a través de fenómenos metereológicos como la frecuencia y fuerza de los huracanes, la intensidad de las lluvias y grandes sequías como las que han afectado la zona central y centro norte de Chile en los últimos 10 años, lo que también implica graves riesgos de incendios forestales, entre otros fenómenos. Esto ha generado un movimiento mundial que clama por evitar que la temperatura del planeta Tierra siga subiendo y llegue a los temidos 2°C de incremento (ya ha aumentado en 1°C en las últimas décadas), lo que podría ocurrir en unas pocas décadas más si como sociedad de habitantes de la tierra, nuestro único hogar como se suele decir, no hacemos nada para remediarlo.

¿Cómo lo podemos impedir? Generando menos GEI en nuestras actividades económicas y también en la vida cotidiana.  Parece simple.  Pero requiere de mucha voluntad individual, colectiva, mucha información científica y mucha voluntad política para impulsar los cambios que se requieren para que nuestro planeta no colapse.

Chile, si bien no es un actor relevante como contaminador del planeta (aportamos con menos de 0,3% de los GEI del mundo), todos debemos contribuir a reducir las emisiones.  Y como mencioné al inicio de esta columna, quienes no se sumen a esta cruzada, serán castigados por el consumidor, tanto localmente, como globalmente y también a través de las relaciones y tratados comerciales internacionales.  Y esto no es una amenaza, ya está ocurriendo en el mundo. 

Como ya comenté en la columna anterior, Chile y otros 120 países ya hicieron el compromiso formal de ser carbono neutral al 2050, y como mencioné, estoy convencido que la agricultura de nuestra región puede ser carbono neutral mucho antes, idealmente al 2035.

De acuerdo al último informe emitido a las Naciones Unidas por el Ministerio de Medio Ambiente, a nombre del Gobierno de Chile el 2018, el sector económico chileno que genera la mayor proporción de GEI medido como CO2 equivalente, es el sector Energía, que aporta con el 78% de las emisiones (las emisiones totales Chilenas son de 111,7 millones de toneladas de CO2 equivalente, t CO2 eq).  Agricultura es el segundo sector, con un 10,6%, lo que representa alrededor de 11,8 millones t CO2 eq, siendo la ganadería el principal subsector dentro de la agricultura, con el 57% de las emisiones totales de la agricultura. Las cifras regionales indican que, en Los Lagos, la emisión total de GEI es de 5,3 millones de t CO2 eq, con la agricultura siendo también el segundo sector en importancia en las emisiones, representando el 45% de estas (2,41 millones de t CO2 eq), detrás de Energía, que representa el 46,2% de las emisiones.  De aquí al 2035, creo que seremos capaces de mitigar las emisiones de GEI generados por la agricultura en nuestra región y principalmente por la actividad ganadera, generando mucha ciencia y tecnología y el esfuerzo de los productores, industria y las autoridades públicas, que en base a la información científica que se genere, puedan desarrollar políticas públicas adecuadas para transformar esto que hoy parece un problema, en una gran oportunidad para la actividad agropecuaria y en particular la lechera.

En la próxima columna, analizaremos, cómo, a través de la investigación científica, en lo que la Universidad de los Lagos ya está trabajando, se puede llegar a la ansiada meta de la carbono neutralidad en nuestra actividad lechera y demás áreas del quehacer agropecuario regional.

Autor: Julio Kalazich Barassi, Ingeniero Agrónomo Ph. D., Académico de la Carrera de Agronomía, Departamento de Acuicultura y Recursos Agroalimentarios, Universidad de Los Lagos. 

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