Columna de Opinión
Por Redacción , 6 de octubre de 2020La perspectiva de “Una salud” en la producción de leche
El profesor especialista en Epidemiología de la UC señala que bajo este concepto la salud de los animales e inocuidad de los alimentos pueden llevar a avances significativos en la seguridad alimentaria, nutrición, higiene de los alimentos, así como aportar a la salud global.
La producción de leche juega un rol fundamental en proveer de alimentos de calidad a la población. Hacia el año 2050, se proyectan cerca de 9.7 billones de personas, con el gran desafío de alimentar, proveer de techo y requerimientos básicos de vida a la vez que debemos preservar la salud de la vida silvestre y nuestro ecosistema. Los productos derivados de la lechería entregan fuentes nutricionales de proteínas, grasas, micronutrientes, pre- y probióticos, los cuales contribuyen en forma significativa a la seguridad alimentaria y salud humana.
En 1964, el Dr. Calvin Schwabe, académico en ese entonces en la escuela de medicina veterinaria de la Universidad de California en Davis, utilizó el término “Una Medicina” en su libro “Medicina Veterinaria y Salud Humana”. Este término, acuñado por quien es considerado como el “padre de la epidemiología moderna”, fue el precursor del visionario concepto de “Una Salud”. “Una Salud”, se define como un enfoque colaborativo, multisectorial y transdisciplinario, que trabaja a nivel local, regional, nacional y global, para lograr resultados óptimos de salud y bienestar, reconociendo las interconexiones entre personas, animales, plantas y su entorno compartido.
La industria lechera debe incorporar la perspectiva de “Una Salud”. Esta aproximación tiene el potencial de mejorar la salud global y crear mejores prácticas de parte de los productores para optimizar la calidad de la leche y su producción. Históricamente, la tuberculosis bovina y la brucelosis han sido enfermedades zoonóticas que se han asociado al consumo de leche, las causan enfermedades severas en humanos y son muy difíciles de diagnosticar y controlar en animales. Además, existen otras importantes enfermedades asociadas al consumo de alimentos lácteos, incluyendo aquellas causadas por Salmonella, E. coli, Campylobacter y Listeria. La contaminación de leche o sus derivados con organismos patogénicos es a menudo derivado directamente desde los animales o el ambiente mismo del plantel, las cuales son consideradas como fuentes de reservorio de enfermedades asociadas a los alimentos. Finalmente, mencionar la relevancia de la mastitis como una enfermedad prevalente obligando muchas veces al productor al uso de antimicrobianos, aumentando el riesgo de resistencia antimicrobiana y la presencia de residuos en la leche y sus derivados.
Una aproximación de “Una Salud” debe tener en cuenta el impacto que los productos que ingresan y salen del plantel podrían tener la salud más allá del plano local, sino que, en una red más extensa, considerando que la inocuidad de los alimentos comienza en el plantel. Como tal, es vital que los productores aseguren que están utilizando agua, alimento y suplementos de alta calidad, así como el establecimiento de protocolos que prevengan la diseminación de enfermedades entre planteles y personal que manipula animales. Los planteles deben asegurar que sus productos y derivados son libres de enfermedades y seguros para el consumo humano. Adicionalmente, los productores deben tomar los pasos necesarios para asegurar que los desechos generados en el plantel sean dispuestos en forma adecuada y que no contaminen el medioambiente o cursos de aguas.
Bajo el concepto de “Una Salud”, la salud de los animales e inocuidad de los alimentos pueden llevar a avances significativos en la seguridad alimentaria, nutrición, higiene de los alimentos, así como aportar a la salud global. Esta aproximación integrativa para solucionar problemas complejos que impactan la salud y la conservación y donde intersectan animales, seres humanos y el ecosistema es capaz de reducir las enfermedades zoonóticas de origen animal y es un imperativo en nuestro país.
Los desafíos mundiales a los cuales debemos hacer frente en la generación actual y futura son numerosos. Al tiempo en que la población humana aumenta en forma sustancial, debemos encontrar soluciones para hacer frente a la inseguridad alimentaria, aumentar la salud global y hacer frente a la emergente crisis sanitaria del COVID y la resistencia de las bacterias a los antimicrobianos. Es claro que no existe una única solución a dichos problemas, y por esta razón es que debemos abordarlos en forma holística, es decir, crear soluciones que mejoren la salud animal, humana y del ecosistema. Los componentes claves son el acceso a aguas limpias, alimentos seguros a los animales y la higiene. Así, la industria lechera tiene que buscar estrategias integradas de salud del plantel, contemplando el uso prudente de antibióticos y las consideraciones necesarias para todo el sistema productivo.
Autor:
Fernando Mardones, PhD UC Davis
Profesor Epidemiología Veterinaria
Escuela Medicina Veterinaria de la Universidad Católica de Chile.