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Por Osvaldo Soto , 22 de febrero de 2021

Lechería y cambio climático: Una visión sustentable

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Prepararse es clave: Tomar resguardos, por ejemplo, para afrontar un escenario con episodios de altas temperaturas prolongadas, déficits de lluvias, primaveras frías y secas, entre otras.

¿Estamos viviendo un cambio climático? Según la evidencia que muestra el Dr. Fernando Santibañez, del centro de Agricultura y Medio ambiente de la Universidad de Chile, en las últimas décadas la temperatura media en Chile ha aumentado casi un grado en las zonas interiores y disminuído en las zonas costeras. Hay menos precipitaciones pero más intensas, existiendo también cambios en las temperaturas extremas a lo largo del país. Estos cambios se alinean perfectamente con lo que la ciencia climática espera y que postula que el calentamiento global ha acelerado estos fenómenos haciendo al clima más inestable y menos predecible. 

Todo lo anterior, explica Octavio Oltra, gerente del Consorcio Lechero, significa un desafío para la forma en que hemos hecho agricultura hasta hoy. “Tradicionalmente hemos confiado en un clima relativamente estable con estaciones claras y ciertos parámetros conocidos: hoy las cosas no siguen los patrones que esperamos”.

El cambio climático es un proceso que aumentará la variabilidad de la producción agropecuaria. En los últimos 15 años hemos podido ver cómo los episodios de sequía se han repetido; el déficit hídrico ha aumentado, junto a jornadas de calor en el sur de Chile que este año han superado los “peaks” históricos, todo lo cual claramente afecta a la producción de leche como la conocemos y nos pone tremendos desafíos. 

Chile y el marco legal que viene 

El Ministerio de Medio Ambiente presentó al Congreso en enero el proyecto de Ley Marco de Cambio Climático, que sentará las bases para la transformación trasversal de nuestro país, impulsando un desarrollo bajo en emisiones y resiliente al clima, con el objetivo de disminuir el impacto que el cambio climático tiene en las personas.

La iniciativa propone que Chile sea carbono neutral al 2050 y genera incentivos para las donaciones ambientales de empresas y personas naturales destinadas a la protección, cuidado y conservación del medio ambiente como para impulsar proyectos de acción climática.

LOS DESAFÍOS

Cuando se habla de sustentabilidad, debe incluir el componente económico, ambiental y social. Su suma es la que contribuirá a que pueda proyectarse en el tiempo. Por eso los desafíos, en este contexto de cambio climático, son abordar estas áreas para que la producción de leche siga aportando aportando alimentos, empleo y desarrollo. 

Octavio Oltra destaca que, desde esta corporación, “la preocupación sobre el cambio climático ha sido asumida desde una visión de sustentabilidad. Considerando que el cambio climático es uno de los mayores desafíos para el futuro de la producción de leche en Chile, debemos abordarlo desde el concepto amplio de sustentabilidad, donde la innovación, el trabajo colaborativo y la flexibilidad pasan a ser herramientas fundamentales“.

“Cada actor en la cadena tiene sus roles en la mitigación y adaptación al cambio climático, nosotros como Consorcio Lechero tenemos el trabajo del área de Producción Primaria en temas de riego, bienestar animal y personas, además de nuestra Área de Sustentabilidad que tiene importantes avances a nivel de la Industria procesadora, con el Acuerdo de Producción Limpia que se encuentra en ejecución y con el desarrollo de estándares de sustentabilidad a nivel de predios lecheros en el marco del Programa Chile Origen Consciente del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, además del enfoque técnico, también hay que trabajar con la autoridad en estos temas, así participamos en el Comité de Sustentabilidad de ODEPA y somos parte de la Mesa Silvoagropecuaria Asesora Ministerial en la temática de cambio climático”.

MITIGACIÓN

¿Cómo contribuimos a que Chile sea un país Carbono Neutral y buscar minimizar el calentamiento global? Como sector, los temas más importantes en cuanto a mitigación son la disminución de la producción de metano y cómo potenciamos la captación de carbono en nuestro manejo de praderas y bosques en los predios. En Chile, según los informes del Ministerio del Medio Ambiente, entre el año 2000 al 2016 las emisiones de los GEI del sector lácteo disminuyeron en un 22%, cuando la producción de leche aumentó en un 26%, lo cual se debió a una mayor eficiencia productiva y mejores manejos. Sin embargo, es nuestra responsabilidad disminuir aún más nuestras emisiones de GEI y así además realizar un aporte a la meta país de ser carbono neutral al 2050.

El metano es un gas que producen las vacas así como también la actividad humana e industrial, teniendo 25 veces más potencial que el Co2 como gas efecto invernadero (GEI). Sin embargo, hoy existe evidencia científica sobre la degradación del metano en la atmósfera, la cual sólo demora 12 años y no cientos como habitualmente se le atribuye, lo cual podría hacer reevaluar su verdadero potencial como GEI. Así lo informó la Global Dairy Platform gracias a un estudio hecho por investigadores de la Universidad de Oxford. “Sin embargo, siendo nuestro principal GEI, debemos hacer esfuerzos por reducirlo. Una buena noticia es que el metano es un gas de desecho que, al mejorar la eficiencia productiva, disminuye y la producción de leche aumenta, entonces es una ganancia por todos lados”. 

En la formación de metano, la alimentación de las vacas es muy relevante. INIA Remehue lleva casi una década trabajando en estrategias de alimentación para disminuir las emisiones de metano, y las buenas noticias hasta ahora es que, mientras mejor sea la alimentación, como una pradera de calidad y buenos suplementos, tendremos menos producción de metano y más producción de leche.

Por otro lado, un estudio desarrollado por la Federación Internacional de la Leche, que lideró el Consorcio Lechero,  presentado en la COP 25 en 2019, expuso que un buen manejo de salud animal, además de impactar favorablemente en su bienestar y, por tanto, en la producción de leche, contribuye a la disminución de las emisiones de GEI.

En este proceso de mitigación, destaca Natalie Jones, coordinadora del área de Sustentabilidad del Consorcio Lechero, debemos entender cómo en nuestra actividad captamos carbono para hacer un balance en los predios y potenciar la oportunidad que tienen la agricultura de ser una herramienta real de captación y por tanto de mitigación. Este es el objetivo del proyecto de INIA e INFOR, financiado por FIA y con la participación del Consorcio Lechero, Fedeleche, Fedecarne, CorpCarne y representes de los frutales y cultivos de sur de Chile.

ADAPTACIÓN

El cambio climático requiere que el productor deba ir preparándose y tomando los resguardos. Por ejemplo, para afrontar un escenario con episodios de altas temperaturas prolongadas, déficits de lluvias, primaveras frías y secas, entre otras. 

Los episodios de estrés calórico generan bajas de producción en el rebaño lechero y una serie de trastornos que afectarán a las vacas, por lo cual el Comité de Bienestar Animal del Consorcio Lechero editó una guía con herramientas que contribuyen a evitar sus efectos. 

En alimentación del ganado también se aprecian variaciones al manejo tradicional. En Los Ríos y Los Lagos, por ejemplo, la superficie de maíz para ensilaje ha crecido fuertemente por las estrategias planteadas por los productores, pero también por la posibilidad de ir estableciendo el cultivo en zonas en que antes existía restricciones climáticas, sobre todo por las heladas.

Las sequías y la intensificación de la producción de leche abrieron la puerta a la inclusión de cultivos suplementarios como las brássicas, remolacha forrajera, entre otros, que contribuyen a entregar un alimento que entrega un aporte vital en momentos en que la pradera no puede hacerlo. “Claramente se aprecia que van incluyendo o reforzando cultivos en este contexto y probablemente con la inclusión de praderas con variedades más resistentes o tolerantes a sequía”.

EL RIEGO: HERRAMIENTA DE ADAPTACIÓN

El riego de praderas es una herramienta que se debe considerar, eso sí, una vez que factores como la fertilidad de suelo, variedades, carga animal y manejo de pastoreo, hayan sido solucionados. “Permite aumentar las posibilidades productivas del predio. Quienes riegan bien han podido proyectarse, superando el concepto de solo verlo como un seguro ante la sequía, si no que incorporándolo como una herramienta estratégica”, declara Oltra.

Junto a productores de leche y asesores, hace algunos años realizaron una gira técnica a Australia, punto de partida institucional para generar más conocimiento y actividades para acercarse a este tema.

Los datos de Aproval son claros: en promedio, la producción de pasto bajo riego fue 3,5 ton de MS por hectárea más en comparación a praderas que no lo incorporaron.

La información estadística recopilada en 2020 por el Área de Producción Primaria del Consorcio Lechero destaca que entre 2007 y 2020, el crecimiento de las hectáreas de riego en Los Ríos fue de casi un 120%, mientras que en Los Lagos fue de cerca de 150% en el mismo período. El dato clave es que alrededor de un 95% de las hectáreas bonificadas correspondió a praderas.

Para aprovechar esta herramienta, el Consorcio Lechero preparó y difundió fichas de riego en praderas, acompañadas de un video práctico, para orientar en el uso y regulación correcta del riego, de modo de ser eficientes en el aprovechamiento del agua. 

Fuente: Consorcio Lechero. 

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